domingo, 27 de julio de 2008

El chico de la lata


De ti no me interesa tu historia, para qué engañarnos. Las historias de soldados me gustan poco, aunque he de reconocer que la tuya tiene su gracia y un punto mitológico. Prefiero recordar el "No te sueltes de la mano pero, si por algún motivo te pierdes, estáte tranquila y espéranos debajo de la estatua de Cascorro". Te he visto por lo menos una vez al mes desde que me alcanza la memoria hasta que fui lo bastante mayor como para ir sola a los sitios. Siempre la visita era los domingos por la mañana menos un día que me acordé de las tiendas de muebles que te rodean y te pillé desprevenido un miércoles por la tarde. A tus pies me compré el escritorio desde donde te hablo y el resto del mobiliario de mi habitación. Esta mañana estuve a punto de ir a ver como sigues pero el sueño me lo impidió. Bueno, sólo era para que sepas que no me olvido de que tenemos pendiente una cita.

2 comentarios:

SILVIA dijo...

Hola guapa, tal y como te comenté ayer, iba a ver tu blog y quiero que sepas que me gusta mucho y que por favor sigas escribiendo. Además has conseguido que navegue por internet para saber quién fue el soldado de la lata y su historia. Resulta que este soldado... pues va a ser que no os lo cuento, quien no lo sepa y quiera saberlo que averigue!!! Aunque os aseguro que es mucho más linda la historia que nos narra Ele que la historia del soldado porque... pues porque más se perdió en Cuba o eso dicen.
Un besazo,
Silvia

Ele dijo...

Bueee, ya te he hecho perder un rato. Ah, la próxima en casa con "mixta" y sin asesinato en directo. Muaks.