Él dice que dedica la mañana de los sábados a volar. En realidad no miente, pero lo único que vuela es un caro juguete mientras él mira desde abajo y desea estar arriba. Tiene los pies anclados al suelo y sólo se permite soñar con lo que no se deja alcanzar. Dedica su vida a trabajar, conducir y "volar" mientras "guarda en la memoria la estructura de los labios incorrectos" como diría un cantautor relativamente inspirado en algunas letras. El poquísimo tiempo que le sobra lo dedica a esperar algo que tiene miedo a que llegue. Cuando llueve le entra la urgencia de conseguir su temido objetivo y el desasosiego termina en el momento de escampar. Como siempre el temporal acaba amainando, continúa su espera, buscando razones que le ayuden a ser paciente.
2 comentarios:
las lluvias y tormentas suelen complicar las cosas
Yo nunca le di mucha importancia a los fenómenos meteorológicos. Desde que conozco al sujeto en cuestión el tlf móvil suena cuando llueve.
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