miércoles, 3 de diciembre de 2008

El zapato

¿Sabéis esa sensación de "soy la persona más ridícula del mundo y solamente a mí me pasan estas cosas"? Supongo que sí, a no ser que tengáis un gran e indestructible ego. Bien, hoy cuando iba a subirme al autobús noté de pronto un frío insoportable en el pie izquierdo. Obviamente al subir la escalera había dejado atrás uno de mis zapatos. Ahí estaba el pobre, tirado en el suelo y yo a la pata coja mientras varias personas me miraban y esperaban pacientemente que me lo volviera a poner para emprender la marcha. Generalmente me río de esas situaciones y no puedo aguantarme. Hoy no me ha dado risa. He tenido suerte de no romper a llorar como una niña de tres años. En fin, como un soldado nunca llora, me he rehecho y he subido todo lo dignamente que he podido al bus. Por suerte había asientos libres y pude ir a refugiarme detras de mi libro de bolsillo azul chillón. Justo cuando retomaba mi lectura, todavía con las mejillas ardiendo por la vergüenza, una chica de la novela hablaba de cómo hay momentos en que el mundo parece deshacerse y ella decide cambiarse el look para evitar la hecatombe. A lo mejor sí es verdad que ese acto paraba la catástrofe, pero estoy segura de que la pérdida de mi zapato provocó que el mundo empezara a deshacerse. Para colmo todo esto ha ocurrido mientras iba al centro de salud, y tengo tan poca fe en mi doctora como médica como ella tiene en mí como enferma. La cosa ha sido breve porque ninguna de las dos teníamos ganas de hablar o de escuchar a la otra. Después he ido a hacer unas compras a ver si se me olvidaba de que el mundo se estaba desvaneciendo y casi lo consigo, hasta que ha llegado el autobús y, cuando he ido a subir, otra vez el puñetero zapato se ha empeñado en recordármelo. Menos mal que esta vez iba vacío y el conductor ha bromeado conmigo sobre el asunto. Mientras comentaba al señor que con el frío que hace ya debería haberme puesto botas y me habría evitado la peripecia, he sentido que a lo mejor el mundo no se iba a la mierda o, al menos, ha dejado de importarme.

5 comentarios:

Odaisa dijo...

Mientras sólo sea el zapato lo que has perdido por unos segundos, no es grave. Por cierto, ¿qué hay de los de las compras, guapa?

Ele dijo...

Que se deshace el mundo, es grave. Lo otro cuando quieras, no fui a hacer esas compras. Más pronto que tarde tiene que ser ;)

SILVIA dijo...

Muy digna ella... si si si... y muy coloraaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!
Es que me ha dado por imaginarte y... vaya situación niña!!!
Los mejores con cordones, que hay que ir bien ataita siempre.
Un besote.

Ele dijo...

Si es que hay días que se ponen raros.

Anónimo dijo...

Con respeto: pero atadita nunca Silvia. ¿Qué consejo es ése para una amiga?
Descalza maja, descalza!