viernes, 7 de agosto de 2009

Órdago a chica

Una vez me intentaron enseñar a jugar al mus. En esas tardes de verano, césped y cerveza que se hacían cortas pero que al llegar a casa casi te sentías como después de un viaje iniciático. Para los que no sepan qué es, diré que es un juego de cartas que tiene bastante similitud con el truco, más habitual en América del Sur. Bien, mi apreciado maestro y pareja en este juego se rindió después de haberme hecho recordar todas las señas y reglas porque yo, a la primera de cambio y sin apenas mirar las cartas, lanzaba un órdago sin previo aviso. Normalmente en el juego somos más nosotros que nunca. Ahí salen a relucir nuestras tendencias, inseguridades y verdadera personalidad (si acaso la tenemos). Aunque jamás he conseguido jugar una partida de mus medio en serio, lo de lanzar órdagos a diestro y siniestro lo sigo haciendo, especialmente en momentos de pánico, cuando cualquier estrategia no haría otra cosa que prolongar la agonía de la incertidumbre.


Esta semana ya he echado mi órdago de rigor. Por desgracia, el contrario está retrasando el momento de mostrar sus cartas. Mañana parece que va a ser el día. La suerte está echada (pondría la expresión en latín pero es que nunca me he llevado bien con ese lengua muerta ni sus gentes muertas). Los que más o menos me conozcan sabrán que a menudo juego de farol.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

suerte.

(Del lat. sors, sortis).

1. f. Encadenamiento de los sucesos, considerado como fortuito o casual

Dos compañeros de instituto se reencontraron casualmente despues de muchos años sin verse. Con un par de cañas de por medio y el humo de algun cigarrillo. El mas moreno y bajito le contaba al otro que en unos dias tenia un examen de oposicion, el otro chico con una expresion en la cara que solamente reflejaba compasion le deseo suerte.

El mas bajito y moreno alzo la mirada desde el cenicero tal vez, hasta econtrarse con los ojos de su ex-compañero y dejo de hablar por un momento sobre su examen de oposicion, hizo un silencio de no mas de un par de segundos, pero tangible, marcando los timepos. A continuacion y casi precipitadamente dijo:

-te acuerdas en COU, una vez que teniamos un examen de Fisica y yo antes de entrar te desee suerte? tu te acuerdas de aquello? sabes lo que me contestaste?

El otro, negando con la cabeza y llevando la mirada hacia el techo, como tratando de recordar contesto muy dubitativo:

-"Cualquier necedad, seguro..."

-"Es posible, pero yo no lo he olvidado. Me dijiste que la suerte era tal vez la peor de todas las religiones y que si yo de verdad tenia fe en ella, que la guardase toda para sus creyentes, porque tu no creias ni la necesitabas.
Ambos suspendimos aquel examen, pero desde aquel dia no he vuelto a desear suerte a nadie."

Ele dijo...

Hasta ahora he estado de acuerdo con tu amigo, quizá porque estaba acostumbrada a tener la suerte de mi lado.

Con respecto a la entrada sólo puedo añadir que hoy no es un buen día para dejar de fumar o, como decían los "rasca y gana" que salían en los Phoskitos: sigue buscando (ni p... ganas).

NegroShot dijo...

Que la hizo entrar en pánico, si no es mucha curiosidad?

Ele dijo...

A mí cualquier cosa que sea evitable. Sólo me enfrento con calma cuando es sí o sí.