jueves, 1 de enero de 2009

Bicho Deseo

Mucha gente cree que poseemos un alma que nos diferencia de los demás y nos hace ser como somos. Yo creo más bien que nos componemos de diversos bichitos que nos recorren. No todo el mundo tiene los mismos habitantes ni los tiene igual de activos, así que ellos son nuestros verdaderos elementos diferenciadores.

Hoy voy a dedicar esta entrada a mi bicho Deseo. Me cae bien el tipo. Es peligroso sacarlo de compras si está demasiado despierto porque a menudo pide cosas y raras y a veces además caras. La otra mañana no se portó demasiado mal y sólo pidió un lolipop y un pollito saltarín igual que los que tocaban en las tabletas de chocolate hace años. Entonces Deseo no quería esos pollos y se había empeñado en una muñeca que casi nunca salía de premio. 

Mi animalito y yo generalmente no nos llevamos mal, aunque tal vez tenga que aprender a darle más caprichos. A menudo el pobre se enfurruña porque le llevo la contraria y he de reconocer que casi siempre es él el que lleva razón. El asunto que nos trae más discusiones es el tema hombres. Intento explicarle que tenemos que buscar un buen chico, guapetón y honesto a pesar de que no sea muy brillante. A él le siguen gustando tíos no demasiado agraciados físicamente, pero que con un gesto o una palabra le hacen volverse hiperactivo. Como es tan cabezón al final se saldrá con la suya. Y bueno, cosas que hay que hacer por tener contentos a los amigos.

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