Hace como un mes una amiga estaba un pelín agobiada e hizo un largo viaje para tomarse un respiro y pensar en el camino a seguir. Curiosamente, a la vuelta trajo esta foto que tomó en la ciudad a la que fue. Ella no fuma, así que me la apropio en un día de esos que se ponen raritos.

Una corriente desde el pasado abrió de golpe una puerta ayer y hace un rato otra distinta. El niño se llamará Octavio al parecer. El maíz está bastante caro, algo así como 36 centavos el kilo. Me he enterado de que un ateo vuelve a creer. A alguien le ha hecho ilusión volver a ver fotos mías medio borracha en Chinchón. Me han llamado "sensei". Joer, ahora tengo que dejar de contar las cosas raras que me han pasado hoy porque un golpe de viento, esta vez real, ha abierto una hoja de la ventana y no puedo cerrarla. A darme de hostias con la ventana toca ahora. Si cuando las cosas se ponen peculiares...